jueves, febrero 21, 2013

Yippee ki-yay, motherfucker!

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Debo iniciar diciendo que Duro de matar 5 (Un buen día para morir) es la peor de las entregas de esta serie, sin embargo…


La franquicia de “Duro de matar” nos ha dado en primera instancia un clásico del género de acción que sentó las bases de cómo hacer una buena película con muchos balazos y explosiones.


Con elementos estereotípicos de las novelas negras y policíacas tenemos al Detective Neoyorquino (nacido en New Jersey) John McClane, un tipo comprometido con su trabajo, conflictuado con su familia, anticuado y renuente a seguir las reglas establecidas.


La primer entrega de esta serie es desde mi punto de vista la mejor de todas, se cimentaron fuertemente todos los elementos típicos de la serie (hasta VanDamme tuvo su versión) y tuvimos al mejor villano de todos: Hans Gruber. Mucha acción y vidrios rotos en esta cinta que tiene por escenario al ficticio edificio “Nakatomi Plaza” donde al más puro estilo shakesperiano todo ocurre en una noche como en aquel sueño veraniego dónde todo es caos hasta que al final todo acaba en su lugar.


La segunda entrega no decepciona, un aeropuerto es el escenario de una intriga internacional donde nuevamente la “autoridad” se siente amenazada por el personaje de Willis quien al final resuelve todo con una gran explosión y muchos balazos de por medio.


La tercera es probablemente una de las entregas menos apreciadas, tenemos a un Samuel L. Jackson que si bien saca la chamba no logra que nos enganchemos con su personaje, la cinta es a momentos aburrida pero la salva la actuación de Jeremy Irons como el villano en turno.


La cuarta entrega es un gran “come back” de la serie para posicionarla en este nuevo milenio, mucha acción, hackers, el tipo de los comerciales de Apple y Kevin Smith hacen de la cinta algo memorable pese a ese gran salto de tiburón que significó la persecución del avión F35-B a Willis en aquellos segundos pisos agringados.


Pues bien, la última entrega la acción se va a Rusia (Hungría en realidad) donde John McClane, va a ver que pasa con su hijo que esta detenido cual junior atorado en el “torito”, no les arruino la trama pero les garantizo mucha acción, balazos (again) y un buen “plot twist”. Si bien dije que probablemente esta sea la menos afortunada de la serie esto no significa que la cinta no decepcione a los fans de la acción a gran escala, las explosiones y los héroes que pese a estar pasados de moda en un mundo moderno hacen lo que tienen que hacer, sin esperar recompensas… héroes pues. Yo salí bien contentote y emocionado del cine.


Así pues, larga vida a John McClane, el Detective de la gran manzana que tanto nos ha dado a los fans de las verdaderas películas de acción.

P. D.

Para no desentonar con la línea de este blog les recomiendo le echen un ojo a los comics publicados por Boom! Studios a manera de precuelas de la serie Die Hard.